viernes, 5 de noviembre de 2010

Diario de Uganda: Un rasguño y proseguimos

Hay situaciones extremas, situaciones cómicas y situaciones peligrosas. En algunos sitios las tres van de la mano. En las calles de Kampala casi siempre se solapan.

Luego está lo que Javier Pérez Reverte bautizó como La Situación. El escenario con el que Teresa Mendoza, la protagonista de 'La Reina del Sur' denominaba a los momentos claves en los que uno sabe que la vida cambia. Que en un segundo el futuro se convierte en pasado y ya nada volverá a ser lo mismo.

Cuando uno se monta en un boda-boda sabe que está expuesto a las tres situaciones. Quizás por ello no deja nunca de controlar los camiones y coches que pasan a menos de un metro. Y sobre todo las decenas de otros boda-boda que te rozan mientras te adelantan convirtiendo las distancias mínimas en una ironía destinada a los manuales de conducción.

No hace falta ser muy astuto para deducir que la mayoría de ugandeses conducen sin autorización. Sin haber pasado ningún examen. Lo gracioso del caso es que, a menudo, caminando por las calles del centro, uno se encuentra con un coche destartalado cargando un flamante cartel en la parte superior en el que se exhibe: Coche de auto-escuela. ¿Aprender normas de tráfico en una ciudad donde escasean los semáforos y los pasos de peatones?

La Situación se presenta mientras camino hacia Garden City. Acabo de preguntar una dirección cuando al girarme escucho un fuerte estruendo. Un boda-boda se ha aplastaado literalmente al coche de enfrente. Mientras miro atrás si vienen más vehículos, sufriendo por el pasajero, que se ha caído al suelo, observo el conductor del coche.

Frena, mira por el retrovisor, mueve la cabeza en señal de irónica desaprobación y sigue adelante. Detrás, el pasajero se levanta rápido, se arregla la ropa, mira en ambas direcciones y…¡se sube de nuevo al boda-boda! Vamos, le dice al conductor, que arranca el motor y sigue dirección al destino previsto.

Lo que en Europa involucraría a seguros y terminaría en gritos aquí se queda en unos rasguños en la piel, la ropa arañada y un movimiento de cabeza. Todo ha transcurrido en un minuto. Y en un minuto se desvanece. Prosigue el tráfico. Prosigue la vida. Y La Situación queda atrás como lo que puedo ser y no fue.

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