lunes, 22 de noviembre de 2010

Donde se encuentran periodismo y literatura

Las noches traen consigo el soplo de una atmósfera especial que siempre me ha resultado inspiradora para escribir. Es la hora en que las ciudades se silencian y la vida reposa. En verano, aprovecho la brisa para teclear mientras, de lejos, me acaricia el reflejo de la luna. En invierno, el aura que se crea alrededor de los fanales ilumina el escenario ideal para sumergirse en mundos recónditos.

Amo las noches. Des de siempre. Algunas sorpresas llegan de noche. A veces tenemos tiempo de verlas llegar. Otras suceden cuando ya nos hemos rendido al acelerado parpadeo de los ojos. Desde que el mundo sucede mitad entre paredes y otra mitad en el marco del ordenador, algunas buenas noticias llegan por correo electrónico.

Lidia me deja colgado hoy una de estas agradables sorpresas a través de un link en facebook. Lo veo a primera hora pero no es hasta más tarde que lo abro y lo leo. Se trata de un artículo del País sobre Orsai, una nueva revista que se publicará en España a partir de enero.

Nace de un concepto revolucionario detrás del cual está el periodista argentino Hernán Casciari. Una revista que no se podrá encontrar en los quioscos sino que se vende bajo pedido. Se puede comprar de forma individual por 16 Eur (en España) o hacerse con un pack de 10 beneficiándose del 20% de descuento.

En los tiempos que corren la puesta en marcha de un nuevo proyecto periodístico despertaría incredulidad en muchos ámbitos. Y sin embargo Orsai logró vender desde que se abrieran las ventas el pasado mes de noviembre 4.000 ejemplares en ocho días, o lo que es lo mismo un ejemplar cada 30 segundos. Los interesados la recibirán a partir del próximo año.

Mientras husmeo en su página web el éxito de la nueva publicación doy con algunos nombres que me son familiares. Juan Villoro inaugura el número 1 de Orsai. Pienso en David, que aprobaría el nuevo proyecto solo con escuchar el nombre de este gran escritor mexicano.

Junto a él el primer fascículo abre con otro tema que me apasiona. El relato de una vida sesgada. Una historia de deportados. “El limbo, desde adentro”, lo han titulado temporalmente.

Orsai pinta bien. Lo pienso mientras aplaudo que por fin una revista española tenga el valor de publicar, casi en exclusiva, crónicas. Finalmente se dará una oportunidad al gran género de América Latina. Finalmente aterrizará en España el periodismo narrativo.

Lo dicen los fundadores en su propia página “esto es un canal que siempre estará abierto para narradores de ficción, cronistas y periodistas narrativos (noveles o experimentados)”. Si alguien se atreve a desafiar la forma de narrar historias podrá verse publicado. Y además, recibirá un año de suscripción gratuito y un pago por cesión de derechos de 500 Euros.

La crónica es el género de mi segunda patria. En América Latina conocí algunos de los cronistas que más me han hecho amar el periodismo. Allí gocé de las lecturas más reveladoras. Historias a veces sencillas que me enseñaron que no es la realidad sino la pluma la que sentencia el valor de una realidad. No importa como sea. Importa como la cuentes.

También allí me inyecté de esa extraña energía que te hace creer que todo es posible si se persiste. De esta materia están hechos quienes dieron a luz a revistas como la peruana Etiqueta Negra o la colombiana Gato Pardo, donde me sumerjo siempre que necesito rescatar el espíritu periodista.

Sin esos proyectos, sin la crónica resulta imposible entender el periodismo de ese continente. Lo decía, claramente, el escritor boliviano Edmundo Paz Soldán en marzo del 2008 en un artículo del País:

Algún día, cuando se escriba la historia literaria de la América Latina de principios de este siglo, se tendrá que reconocer que las grandes innovaciones de la prosa latinoamericana vinieron de la mano de los editores, de los cronistas, de los periodistas, de los escritores de non-fiction.

Siempre le he reprochado a España la incapacidad por conrear ese género. La falta de voluntad a la hora de tejer, en un mismo papel, literatura y periodismo. Puede que ese lamento tenga su fin ahora con la aparición de Orsai.

No he leído todavía el primer número. No obstante, aplaudo desde ya, el valor de querer contar historias. Levantarse con la noticia de que el periodismo narrativo se expande es, siempre, levantarse con una alegría.

1 comentario:

lgg dijo...

ese lugar... no había leído este post... grande!