martes, 16 de noviembre de 2010

La paciencia como estrategia

Desde siempre me ha gustado la afilada navaja con la que Ramón Lobo analiza la realidad. Es de los periodistas que no se muerden la lengua para decir lo que piensan. De los que buscan en las últimas causas las razones de los conflictos. No teme señalar a Occidente. No le asusta acusar. Apunta a políticos, a religiosos, a organismos internacionales por igual.

Como corresponsal en varios países en conflicto ha dejado algunos testimonios importantes. Seguí, durante el tiempo en que cubrió los comicios afganos del año pasado, su "Cuaderno de Kabul", un diario con ‘Historias de mujeres, hombres y niños atrapados en una guerra’, como él mismo ha bautizado la recopilación de estos relatos convertido ahora en libro.

Ramón Lobo tiene dos blogs. “Aguas Internacionales”, su espacio diario en El País, y “En la Boca del Lobo”, un exquisito rincón donde deja correr la poesía que envuelve sus narraciones más íntimas. En ambos es el gran analista que desmenuza realidades.

El último post en “Aguas Internacionales” habla sobre la Premio Nobel de la Paz birmana Aung Suu Kyi, recientemente liberada. Hemos leído sobre ella desde que pisara de nuevo las calles decenas de referencias. Hablan sobre su pasado, sus logros, sus promesas de futuro.

El texto de Lobo habla sobre paciencia. De una paciencia “como forma de estar en el mundo y modificarlo”, instrumento del logro de Aung San Su Kyi, que es a la vez “símbolo mundial de la resistencia contra la barbarie de una dictadura, de la honestidad frente a la corrupción de los traidores que empuñan las armas contra su pueblo”.

Lobo titula el post “la paciencia como arma política” y entre las frases que podemos leer están las siguientes. Un reconocimiento a quienes saben retar el paso del tiempo. Una acusación contra quienes gobiernan de espaldas a la realidad:

Paciencia. Paciencia es de lo que carece Occidente; siempre deprisa, con líderes políticos, económicos e intelectuales de aeropuerto en aeropuerto, de hotel de lujo en hotel de lujo, de centro de convenciones en centro de convenciones, sin pisar la calle, sin mancharse de polvo los zapatos, sin hablar con nadie que no sea como ellos. Siempre decidiendo el destino de las personas que no conocen, que no escuchan, que no existen y empujados por la prisa que marcan las encuestas de opinión convertidas en guías que desplazan a los valores.

Algunas palabras cobran sentido traer determinados viajes. A la vuelta de África la palabra paciencia viene cargada no solo con todo el significado de una estrategia de vida. Sino con el de un concepto con el que a menudo se construyen los logros más perecederos. Aprender a caminar es, a veces, la mejor forma de permanecer.

A Mercè, que intuyó el universo de sensaciones que viviría en el continente africano. Por la serenidad inyectada a lo largo de años de sabios consejos.

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