jueves, 7 de octubre de 2010

Diario de Uganda: Diversidad de culto

Uganda es un país diverso en todos los sentidos posibles: en lenguas, etnias, rangos sociales y religiones. Tanto así que en una breve caminata uno puede cruzarse con quien exhibe las piernas sin tabú alguno como con vive escondido detrás de una tela, mostrando tan solo el espacio necesario de los ojos para poder ver. En ocasiones la severidad del burka se reduce y algunas mujeres muestran toda la cara.

El abanico de hábitos refleja la variedad de religiones que se profesa en Uganda, un país donde cerca de un 85% de la población es católica, un 12% musulmana y una minoría hinduista. Nadie esconde su devoción. En los lugares más populares se mezclan las músicas cristianas con los cánticos indios. Algunas tiendas del centro de la ciudad, donde se venden CDs con melodías religiosas, disponen de grandes altavoces en la calle. El culto a Dios empieza desde primera hora de la mañana. Y desde ese momento nos da los buenos días el bullicio de la ciudad.

Solo esta diversidad de religiones explicaría la variedad de templos que existen en la capital. Centros católicos como la catedral de Rubaga se mezclan con la antigua mezquita de Kampala, visible desde casi cualquier punto de la ciudad, y el templo Bahá’i, la casa de los seguidores del místico persa Bahá`u’llah.

Aunque la devoción, como tantas otras costumbres, no necesita de un espacio propio en Uganda. Una vieja gasolinera, con algunos metros cuadrados de césped, puede convertirse en el lugar ideal para el culto a Allah. Me doy cuenta de ello al salir del trabajo, cuando cruzo el Gran Hotel y veo a dos árabes rezando en el suelo.

De inmediato me acuerdo de un conocido que poco antes de salir de Cataluña me explicaba que los aviones de Saudi Arabian Airlines tienen siempre en pantalla la indicación de donde se encuentra la Meca. Y me acuerdo de la frase de Fisher, el pasado lunes, al preguntarle sobre el fin de semana.

- Lo pasé en casa y el domingo fuimos a la Iglesia. ¿Tu no vas, no? ¿A ti no te parece bien, verdad?
- Yo no voy pero yo respeto a todo el mundo, Fisher.


En un país profundamente devoto, pareciera que la única religión imposible es no tener religión.

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