martes, 12 de octubre de 2010

Diario de Uganda: Una tarde en la Universidad Makerere


A pocos kilómetros del centro de Kampala se alza la universidad Makerere, la que fue una de las casas de estudios superiores más prestigiosas de África. Las grandes puertas, situadas al inicio de una colina que no hace más que elevarse a medida que se extiende el campus, dan fe de esa época de oro. Una época que, sin embargo, hoy parece haberse desvanecido.

Hacía días que quería visitar la facultad de Comunicación de esta universidad, donde existe también un interesante Centro de Resolución de Conflictos. Hablándolo la noche del lunes con Kamilah, una chica de Trinidad y Tobago que recorre parte del continente evaluando las políticas de desarrollo, decidimos aprovechar el día de hoy para ir.

A pocos metros de la entrada encontramos la facultad de Derecho, de la que forma parte el Centro de Derechos Humanos y Paz. Nos recibe la administradora, una señora despeinada que no entiende muy bien qué queremos, no sabe darnos un listado del profesorado de la facultad ni nos puede imprimir los horarios de las clases. Pero nos habla de las publicaciones que se realizan en este centro, nos regala alguna de éstas y nos dice donde encontrar al profesor Sam B. Tindifa.

Especialista en derecho, Tindifa ha escrito sobre procedimientos criminales, torturas y derechos humanos. Es experto, entre otras cosas, en conflictos, gobernanza y derechos indígenas. Ha sido consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como secretario del Instituto Panafricano y del Grupo Internacional de los Derechos para las Minorías.

Cuando entramos a su despacho, nos encontramos a un señor tímido, al que le cuesta hablar, sentado en un despacho donde se acumulan hojas en el suelo y algunos libros están cerrados con llave en un armario horizontal en la parte alta del cubículo. Le preguntamos algunas cosas sobre el conflicto en el norte que no entiende muy bien. "¿Es usted experto en conflictos, verdad profesor?" Bueno, yo soy abogado. Suspiro. Miro a Kamilah y mientras nos busca algunas publicaciones escondemos una risa de cómplice paciencia.

La tarea le tomará un par de horas a Tindifa, así que nos dará los documentos cuando terminemos el tour por la universidad. Me dirijo a la Facultad de Artes, donde se sitúa el departamento de Medios de Comunicación. Le pregunto a la recepcionista por el director. Me mira extrañada y después de darle una larga explicación sobre la persona a la que busco me lleva a la ‘oficina del coordinador’.

Encuentro a Iván Lukanda sentado detrás de un escritorio donde comparte conversación con uno de los catedráticos. La mesa está repleta de comida. En el escritorio de al lado una joven musulmana sostiene una magdalena. Les explican por qué estoy allí, recogen las cosas y me ofrecen sentarme. El maestro se traslada a un sofá que hay en la sala, se sienta con las piernas estiradas –tal cual en su casa- y deja la Coca-cola a un lado. Logro que Iván me cuente un poco sobre los programas que desarrolla la universidad.

Al rato le pregunto si puedo conocer alguno de los catedráticos que siga ejerciendo el periodismo. “Verá, es que la mayoría de nuestros maestros ya no son periodistas activos”. Suspiro. Me señala al profesor sentado en el sofá. Él era editor del News Vision pero ya no. Le pregunto si se pueden visitar las redacciones de este y otro periódico. Me dice que sin duda y me da los contactos de algunos responsables que siguen en activo.

Sigo hablando con Iván para averiguar los nombres de algunos periodistas de referencia en el país. El coordinador del Departamento de Comunicación no sabe. O no se acuerda. Parece que le esté hablando sobre teorías Macro económicas. Poco antes de irme me pregunta de donde soy. ¿España? ¿Hay buenas escuelas de periodismo que enseñen en inglés allí?

Suspiro…

Me acuerdo entonces que a menudo los periódicos ugandeses no publican las informaciones del día anterior. Sino las de hace dos días. O tres. O el fin de semana anterior. Algo aparentemente contradictorio deja de serlo aquí ¿O acaso tiene sentido hablar de actualidad en un mundo sin tiempo?

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